El chip de la juventud es un innovador tratamiento de rejuvenecimiento hormonal que ha ganado popularidad en los últimos años. Consiste en la implantación de un pequeño dispositivo subcutáneo que libera de forma controlada hormonas bioidénticas, como la testosterona, el estrógeno o la progesterona, que favorecen el equilibrio hormonal y combaten los efectos del envejecimiento.


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El tratamiento del chip de la juventud es un procedimiento de rejuvenecimiento hormonal mínimamente invasivo que busca equilibrar y optimizar los niveles hormonales en el cuerpo para combatir los efectos del envejecimiento y mejorar la calidad de vida. Este tratamiento se basa en la implantación de un pequeño dispositivo subcutáneo, que se coloca en la zona glútea, abdominal o en otra área con tejido adiposo suficiente.
El chip, que es del tamaño de un grano de arroz, contiene hormonas bioidénticas, como la testosterona, el estrógeno y la progesterona, que se liberan de manera gradual y controlada en el organismo. Estas hormonas son estructuralmente idénticas a las producidas por el cuerpo humano, lo que minimiza los riesgos y efectos secundarios asociados con el tratamiento.
El procedimiento de implantación del chip de la juventud es rápido y sencillo. Se realiza bajo anestesia local, y el especialista realiza una pequeña incisión en la piel para introducir el chip en el tejido subcutáneo. La incisión se cierra con suturas o adhesivos cutáneos y se cubre con un vendaje estéril.
La dosificación y el tipo de hormonas contenidas en el chip se personalizan de acuerdo con las necesidades específicas del paciente, basándose en exámenes médicos previos y análisis de sangre. Este enfoque personalizado garantiza un tratamiento más seguro y efectivo, adaptado a las condiciones y objetivos de cada individuo.
Una vez implantado, el chip de la juventud libera hormonas de manera constante y controlada durante un periodo de varios meses, dependiendo del tipo de chip utilizado. A medida que las hormonas se liberan, los pacientes comienzan a experimentar mejoras en su energía, vitalidad, bienestar emocional, aspecto físico y deseo sexual. El tratamiento puede ser repetido y ajustado según las necesidades del paciente, garantizando así resultados óptimos a largo plazo.
La técnica aplicada en el tratamiento del chip de la juventud se centra en la implantación subcutánea de un dispositivo que libera hormonas bioidénticas de manera gradual y controlada. El objetivo de esta técnica es proporcionar una liberación constante de hormonas que permita restaurar y mantener el equilibrio hormonal en el cuerpo. A continuación, se detallan los pasos clave de esta técnica:
Primero, una evaluación médica y analálisis hormonal. Antes de realizar el tratamiento, se realiza una evaluación médica completa, incluyendo la toma de antecedentes clínicos y análisis de sangre para determinar los niveles hormonales del paciente. Esto permite identificar las necesidades específicas de cada individuo y personalizar el tratamiento.
Después, el diseño el chip personalizado. Basándose en los resultados de los análisis hormonales, el especialista selecciona la composición y dosificación adecuadas de hormonas bioidénticas que se incluirán en el chip de la juventud. Estas hormonas pueden incluir testosterona, estrógeno, progesterona, entre otras, según las necesidades del paciente. Así como la Implantación del chip. El procedimiento se realiza en un entorno médico estéril y bajo anestesia local. El especialista realiza una pequeña incisión en la piel del paciente, generalmente en la zona glútea, abdominal o en otra área con suficiente tejido adiposo. Luego, se introduce el chip de la juventud en el tejido subcutáneo utilizando un aplicador especial.
Cierre y protección de la incisión. Una vez que el chip ha sido implantado correctamente, la incisión se cierra con suturas o adhesivos cutáneos y se protege con un vendaje estéril. La cicatriz resultante es mínima y suele ser prácticamente imperceptible con el tiempo.
Seguimiento y ajustes. Después de la implantación, el paciente debe acudir a controles periódicos para evaluar la efectividad del tratamiento y realizar ajustes, si es necesario. Estos ajustes pueden incluir la modificación de la dosificación hormonal, la sustitución del chip cuando haya agotado sus hormonas o la implantación de un nuevo chip con una composición diferente.
Los resultados del tratamiento del chip de la juventud pueden variar de un individuo a otro, ya que dependen de factores como la edad, el estado de salud y las necesidades hormonales específicas del paciente. Sin embargo, en general, los pacientes pueden comenzar a experimentar mejoras en su bienestar emocional, energía, vitalidad y aspecto físico en las primeras semanas tras la implantación del chip. Los beneficios máximos suelen alcanzarse entre 2 y 6 meses después del procedimiento, cuando los niveles hormonales se han estabilizado y el cuerpo se ha adaptado a la nueva situación.
Entre los beneficios que se pueden obtener con este tratamiento se incluyen el aumento de la energía y resistencia, una piel más firme y elástica, una disminución de la grasa corporal, una mejora en la función sexual y un refuerzo del sistema inmunológico. Además, al mejorar el equilibrio hormonal, el chip de la juventud también puede contribuir a un estado de ánimo más estable y una mayor sensación de bienestar general.
Es importante recordar que el tratamiento del chip de la juventud no es una solución permanente, ya que sus efectos se reducen con el tiempo a medida que las hormonas contenidas en el chip se agotan. Por lo tanto, puede ser necesario realizar un seguimiento y ajustar o reemplazar el chip según las necesidades individuales del paciente para garantizar resultados óptimos y duraderos.
